Coma suspensiva

Esta es la tierna, entrañable y divina de la muerte historia
de un coma suspensivo que quería ser suspensiva.
Manolo miraba su nombre como metáfora de su vida, e ira
quería dejar atrás lo que le venía a mano al bajarse la bragueta
usar bragas y seguir cantando como Masiel
sin ser ostiado, abusado, insultado y repugnado por los bares Torrente;
asíke Manolo lo único que quería era un DNI moderno
la última versión de identidad, ahí, molando
una inversión alternativa: quiero parecerme a lo que soy.

Una mujer atrapada en un cuerpo de hombre
un hombre que siempre quiso que otro, la llevara en moto
e ir sin casco y de setas a Peñíscola
luciendo su melena y sus tetas,
jugándose la vida y la suerte
en un hospital que operase su sexo
sin hacer las veces de juzgado, por favor eh, por favor...
y aquí estamos, en espera
en esta sala anticuada y aburrida de mierda, expectantes
zumbadísimos por el color de estos sitios tan faltos de calor
en standby
en pause.

Pronto despertará, tiene que hacerlo
como no lo haga, me duermo
y voy a por ella entre ligerillos
- cabezaditas d’hospitallet -
ya estoy viendo los carteles que harán de nuestra aventura
ya casi parezco oír los titulares de mi viaje
“Joven desequilibrada salva de la muerte a un transexual en un sueño”.

Debuti, ha bostezado, debe ser buena señal
y anticipo
(como el león que ruge “ei, que ya empieza la peli”)
de los gritos a base de cuerpos que va a dar from now on la Manoli esta
Manoli está viva, vivita y coñeando
porque Manolo no es sino Lola
una fémina de estreno, una estrella desde siempre
una bella ragazza, una eterna y forever
WOMAN.