Les falta l'air

Una de ellas sacó la melodía de los tímpanos
las palabras, de esta vida-cocktail
los cocktails, como siempre, “me liaron”
y las ideas salían de debajo de las piedras, suicidas
a cruzar la carretera corriendo descalzas tras ella
tras ella, con su look tan on the road
y a sus fiestas la invitaban por ser guapa.

Y la otra sacó las fuerzas de donde no quedaban
de la debilidad
de la agonía, del tedio, de las toallas tiradas...
ella sacó ansias, supo hacerlo, pero cómo.
Sacó la voz de las sirenas gamberras castigadas sin postre
y los acordes, de pentagramas desterrados
sin pistas ni claves, pero con técnica acuarela
acqua, vino, sal, su tierra,
con soles y estrellas de rock en lunas pienas
sostuvo alientos, detuvo el tiempo, le echó bemoles.
Atravesaron de electricidad el desierto en plena urbe
levantando a su paso una estela de polvo, sexo y humo
fueron juntas Thelma y Louise a lo grunger, enfants terribles
sus secadores eran pistolas que apuntaban a la muerte
entonces morir hubiera sido la peor de las suertes.

Pero al amor cuando lo es le falta el aire
la pasión y la obsesión se entrelazan intrínsecas
y puede que sea cierto eso de que todo en exceso es malo,
malo, pero no tan malo como no darse la mano
un día esperas poder sentir haberlo superado
pero se adivina inalcanzable mientras compares con lo irrepetible
mientras recuerdes tanto tantos recuerdos, vivirás de las rentas
mientras repienses y sepas a partes iguales los mismos pensieros sin igual
“desde que te conocí yo ya no he vuelto a ser la misma”
vivirás odiando a Oviedo, traumatizada
con conversaciones en la retina, con secuelas
y la vida es bellísima
pero yo ya no he vuelto a enamorarme, Maite.