Vulnerabilidad desde la estratosfera

"Qué duro sería un día sin final..." Agua Bendita

Tras la superstición de estar benditos
es innegable que hay sitios con más cielo que otros,
Alfonso XIII y su sombrita es caer en la cuenta
de que si no nos gusta el concepto búsqueda, es porque con altas dosis de joven arrogancia, un pelín de presentimiento y una pizca (pero vamos, ridícula) de sabiduría
nos parece que los rincones míticos de entre escaleras del metro,
cualquier entrada de garaje o rampa oxidada
y el olvido
son el reflejo de quienes somos o queremos,
tanto el tipo de persona que vamos a ser
como la heroicidad de la empatía con lo creído muerto,
los pajarillos errantes
que creen que hoy sí tendremos algo para ellos

que durante hoy al menos, estaremos hechos de tiempo,

Alfonso XIII y su holgazanería
es volver a los barrios donde se localizan tus sueños
a ver si te encuentras contigo mismo y por esta vez
no le haces preguntas,
simplemente te sientas a tomar algo y a la música
que te recuerde por qué te atrae lo que le atrae
y por qué ahora de repente se rebelan
épocas contradictorias que ya teníais superadas

para poder volver a la fiesta de estar vivos,

vuelves y todo lo que te encuentras
es ese aterrado silencio
al que no dejan dormir
tus nervios

No puedes fiarte de los bolígrafos
este es el tercero de este texto,
no puedes fiarte de la memoria
porque con la tontería ves que la mayoría de “posibilidades” que hemos ido oyendo, no se entienden hasta que te pasan
taquicardia y amor y viceversa, por ejemplo
perder la cabeza dos veces por semana y perderla del todo

no acordarte de nada,

se cruzan millones de flechas que nunca darán al blanco
porque no están apuntando
sólo prueban la tensión y cómo escaquearse impunes de pasar por el aro, como si se tratase de un juego, y mientras, el corazón en la mano
porque es insomnio
y los colores parecen cosa del pasado, no sé
rememorar cada día otros años…
pasaba exactamente lo mismo aunque lo recuerdes más alegre
hay dos lecturas, y en las dos, estamos llorando
lo cual no tiene por qué necesariamente significar nada malo, más bien
que llevamos ya muchísimo tiempo yendo de flipaos

demasiado,

parece que todas las frases que subrayamos en los libros
se quedan en como quien oye llover cuando de verdad las necesitamos,
seguimos igual de indefensos, peor
peor que ignorantes que al menos (y en teoría) se dejan llevar por su destino sin exigencias tontas del tipo yo iba a alcanzar la gloria, yo iba a encontrar la salida

(perdona, enseguida me enfado últimamente)

nostalgia, tal vez
que da pena ya no poder volver a descubrir todos esos discos punk
tan poco importantes

cargo de conciencia y todo lo que tú quieras:
vulnerabilidad desde la estratosfera

¡pero hablemos del amor!, qué puedo decir
sigo agarrada a la espalda de cualquiera que me siga el rollo pese a tener más afilada la sinceridad que la constancia o las buenas maneras,
que sigue siendo moralmente sagrado y estéticamente imprudente
hablar de la piel
más allá del hogar y la muerte

y no porque lo diga yo,

hay obsesiones que sólo valen para ser pensadas y hechas
hay secretos que van a la tumba, y miradas
que atraviesan

y si fuera la vida la que te hablase probablemente te diría “pero vamos,
todo el mundo sabe que yo no tengo ni idea de zapatos blancos”
no sé si me entiendes; es un poco una crítica a la sensatez como mito
de la gente que, en realidad, no nos gusta



Minusvalía (Astrud)

http://www.youtube.com/watch?v=XNW4rRSj2SU&feature=related