Por situarnos Cibeles
se transformó en Orión y quise morir
dejar de ser la calientapollas de La Muerte atropellada por un bmw de última gama. Mejor eso a del que se burla como el niño gordo de los Simpsons porque no medita.
Mejor eso a todo, puede. Llevo todo el día jugándome la vida
sobreviviendo
sobreviviendo parecida al cataclismo de que de aquí todos saldremos ilesos. Sobreviviendo a todo esto que me supera pero lo quiero
es imposible, inintentable organizarlo, carretera perdida, dead end
the end
¡es un durante acabado y yo tan contenta!
dime cómo has llegado a empatizar con ese escombro
dime si sabes de qué te estoy hablando
porque soy TAN de llegar tarde que sólo espero seguir llegando
pasan a mis dos lados los coches
estoy literalmente en el límite de los vértices del vértigo
sin mayor pretensión que mirar a ver qué sigue pasando
el fluir natural de los acontecimientos, tú ahora creo que intentas dormir y no puedes porque piensas en mí como yo he pensado en ti antes en el autobús, me estaba riendo
me estaba descojonando mirando por la ventanilla y viéndote mirarme a los ojos feliz, los dos partiéndonos de risa por todo esto que ha pasado no se sabe ni cómo ni cuándo, porque así es la vida, la vida de verdad, no el trajín, no el día a día
¡la sorpresa! Y nuestro secreto recorriéndonos aunque nadie entienda nada (o quizá precisamente por eso)
y a mí me falte la respiración
e incluso me deprima la felicidad tan extrema, tan intensa
porque no estoy acostumbrada
todos dedicándonos a matarnos a la hora de la siesta
y cerré los ojos escuchando las trastadas de Guille
y pensé “qué poco glam morir aquí
con un chupachups de fresa en la boca
con la garganta destrozada, con jaqueca, con ayer contigo
enamorada
deprimida
¡con bragas!
morir con bragas, qué espanto”
y pensé como hacía siglos que no lo hacía
“cómo mola ser yo, y lo que pienso”
incluso ganas de que el mundo entero se enterara de por qué morir ahora aunque yo no sea así, ni confíe en el resto
en quienes no somos tú y yo, sinceramente
por qué morir así
no es que no quiera vivir, es que ya lo he hecho!
no es que no quiera lo que me queda de vida
es que no recuerdo mejor clímax, ni más mío
ni ningún otro contigo o gracias
en la sala de espera de la Muerte, haciendo y deshaciendo tiempo
porque ya he conocido la vida
y esto es tan mental que pasa a ser físico y ando saturada de tensión
porque morir de causas naturales o artificiales pero no-aposta
me parecería una pena
es como más guay que simplemente me explote el corazón
es lo que querría,
hipotéticamente. Todo esto es un “moriría”.
Moriría y me daría igual porque ya nos hemos besado
y mirado a los ojos sabiéndonos las cabezas
aunque aun no me haya leído el Tao Te Ching pero sepa perfectamente de qué va, aunque aun no hayamos visto juntos la tele.
Y ahí empiezan y acaban mis pánicos.
Porque vale, y yo antes no era así, y no quiero cambiar ni puedo
pero puede que me cambies, cabrón, cuidadito con esto.
Mi última nota de suicidio ya está de moda, ya he muerto
ya se empieza a vender la primera tirada
gracias a todos, habéis sido un cielo
claro que pienso en mis padres
y en ti, y tengo tanto que hacer que no tengo ni tiempo de suicidarme
ai ai ai, y qué ganas de cantar
“todo esto se revaloriza póstumo”, eso está claro
gracias Arturo, te quiero tanto que casi me acercas a la desgracia.
Y porque acostumbrarme a silbar no irá del todo conmigo
y la cotidianeidad me da repelús incluso con el perfecto porcentaje elegido libremente de abrazo y de besos en el cuello y tocarte el corazón por encima y debajo de la camisa.
No sé si sabes a lo que me refiero, ni si lo sé yo misma
digo que soy tan feliz que me da por matarme porque sabes que soy así,
de matarme,
de pánico a este destino tan mío y a sentir tanto, casi me dueles
y sufro de flipar la caidascensión perpetua que a lo largo de toda esta montaña rusa en “modo pause” nunca había sido tan tangible,
si ya lo sabes, (me repito…)
¡la quiero!
joder, digo que todo esto es una puta locura
pero que vale.