23 de diciembre de 2011
18 de diciembre de 2011
Arcadia
Nada que temer,
la revolución está en marcha y siempre lo estará,
la humanidad va por delante
abriéndose camino de entre sociedades; su esencia no puede más que buscar la verdad, dedicarse a adoptar la ciencia y cultura desnuda,
imparable
lo que sentimos grita muy alto y se corre la voz desparramando su incienso por el ambiente,
estamos dispuestos a profundizar por principios y a llegar hasta el final
plantando cara de ecologismo y rebelión como punto de partida y no-retorno
estamos hechos para mostrar que las pruebas son demasiadas:
ese mundo entero se acaba
A los que esta realidad de metal no nos da ni para empezar
nos vale con lo que estamos cosechando dentro, ser el cambio,
habitar la alternativa al espanto
orientarnos hacia lo primario, educarnos en lo sano, cultivar nuestra inteligencia
amarnos para así poder cuidar el planeta,
encontrar que somos la última Arcadia en potencia,
nuestro poder es nuestra fortaleza
ya no nos valen los juegos en los que era más emocionante cuando quedaba poco combustible en la avioneta
para que así fuera más arriesgado y pareciera que estamos luchando,
ya nos reconocemos en los buenos hábitos, en la práctica, en enseñamos, en ser hermanos
hacia unas estanterías de conocimiento
con un gran yin-yang dentro,
vamos puliendo el diamante en bruto del que estamos hechos
vamos conversando nuestros valientes diarios para seguir abriendo la mente y cerrar la mentira,
regalando agua y semillas, jugando a fuego lento
y estando atentos a ver
Somos el latido del mapa,
somos la resistencia que viaja a la velocidad de la luz mirando el cielo,
yendo hacia la claridad sideral, independiente que no individual
vamos coleccionando de lo pequeño lo intenso
y de lo sencillo lo eterno
por eso estoy segura de todo esto,
porque veo cómo hacerlo mejor, cómo dar pasos en cierto
veo cómo el espíritu revolucionario se despereza y se pone a rugir
y ya está rugiendo
a Babilonia le quedan los telediarios, las enfermedades, los aplazamientos
ya se derrite la máscara
ya el gigante cae fatigado sobre sus rodillas al campo desierto
y se lo traga la tierra y se ramificada de verde
todo lo que jamás tuvimos fue la libertad de enfrentarnos a la muerte de unas cadenas al cuello,
nuestras venas explotaron de vida
y desde entonces volvimos a nuestras estrellas
Arcadia,
eres más visible cuanto más atrás quedan los muros de la ignorancia
despertar de la imaginación, cuna de pureza, abundancia
eres sublevación de casas
hogar de quien está contento, porque está completo
hacia allá que vamos,
ya estamos en ello
African Revolution (Tiken Jah Fakoli)